El mercado inmobiliario está en constante transformación y la digitalización ha sido la principal promotora de estos cambios. Nuevos conceptos y estrategias se han venido sumando a la industria y entre ellos destaca la omnicanalidad.
Imaginemos un momento este escenario. José consiguió empleo en una ciudad a 1000 kilómetros de la que actualmente vive. El próximo paso es encontrar un departamento al cual mudarse. Su primera fuente de consulta, como es la tendencia actual, es internet.
José encuentra un portal inmobiliario después de una búsqueda simple. Le llama la atención un aviso de una agencia. Para verificar la reputación de la agencia la busca en redes sociales y su web. Y sí, la información que encontró es la misma en todas las plataformas.
Escribe al número de atención por WhatsApp y ahí comienza su camino para comprar el departamento que necesita. Después de algunas semanas visitando propiedades de forma virtual, con la asesoría de la agencia, por fin consiguió la ideal.
Y de eso se trata, en la práctica, la omnicanalidad. De la posibilidad de que el prospecto, en este caso José, halle nuestra oferta de servicios inmobiliarios por distintos canales. Y además que pueda tener una experiencia satisfactoria en todo el proceso.
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Si queremos ahondar más en la teoría, la omnicanalidad es un modelo clave para gestionar las ventas. Es una estrategia de comunicación global que permite ofrecer una experiencia de servicio unificado, inmediato y efectivo.
Cuando se concentran los esfuerzos de comunicación y atención en distintos canales, se puede dar alcance a un público mayor. Esto se debe lograr, por supuesto, sin hacer mella en la calidad del servicio que se presta.
Siempre habrá un asesor preparado y dispuesto para orientar al cliente en sus dudas. Para prestar la atención que necesita, en el momento que lo necesita.
Implementar la omnicanalidad significa aprovechar distintos canales, tanto online, como offline, para amplificar el mensaje que se quiere enviar. La particularidad de esta estrategia deriva en que el cliente obtendrá la misma atención e información, en uno u otro canal.
Además de aprovechar las distintas plataformas digitales para desarrollar contenido publicitario y de valor; el sector inmobiliario puede echar mano de otras tecnologías como la realidad aumentada o la geolocalización.
En todos los canales se debe seguir la misma estrategia de atención al cliente.
La realidad aumentada permite mostrar al prospecto algo más allá de lo evidente en la propiedad. Quizás un cambio o remodelación que podría entusiasmarlo a la compra, o cómo se vería el espacio ya amoblado. Con la realidad aumentada se le da otro matiz al potencial del inmueble.
Mientras, la geolocalización permite enviar o registrar información de los smartphones que se hallen en una zona en específico. ¿Y esto en qué es útil? En que un prospecto, estando frente a una propiedad en venta o renta, podría bajar toda la información del inmueble a su celular.
En segundos información útil para el cliente ideal y la agencia con la posibilidad de hacer contacto para continuar el proceso.
La omnicanalidad ofrece beneficios tanto para los agentes, como para los clientes.
El cliente debe tener la sensación de que en cada canal está tratando con el mismo asesor.
El primer paso es hacer un análisis de la situación actual de la empresa. Es importante saber cuál es el punto de partida.
Luego hay que plantearse los objetivos a cumplir a través de cada canal. Si bien la idea es llevar un mensaje unificado y amplificado, no todos los canales tienen el mismo propósito desde su concepción.
Una vez identificados los canales y sus objetivos, lo siguiente es armar un plan estratégico. Sin un plan, es muy probable que los esfuerzos no den los resultados esperados. Hacer seguimiento y evaluar son otras de las acciones necesarias para alcanzar el éxito.
La omnicanalidad le da la oportunidad de ofrecer servicios y contenidos de valor a través de distintos canales o plataformas. Contar con presencia en distintos canales permite llegar a una audiencia más amplia. Potencia, también, las posibilidades de cerrar más ventas.
Ser omnicanal significa implementar una estrategia de comunicación global, en la que se pone al cliente en el centro de todas las acciones. Se pueden atender requerimientos en tiempo real, por distintas plataformas. Dar una atención personalizada y de calidad.
Los beneficios de aplicar la omnicanalidad al sector inmobiliario son igualmente positivos para clientes, como en agentes. Se entablan relaciones más estrechas, más enriquecedoras y las experiencias para el cliente son más satisfactorias
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